La navegación ha sido una actividad útil para el
hombre desde tiempos remotos. A tal punto, que un genovés llamado Cristóbal
Colón enrumbó con sus tres carabelas La
Niña , La Pinta y La Santa María y una tripulación de 90 hombres hacia esta
parte del planeta, tras lo cual se convertiría en el descubridor de un
continente –nada más y nada menos-, América. Hoy, la navegación se manifiesta
de otras formas, como en el deporte. Siendo más específico, en la vela.
Afortunadamente, existe una peruana que parece haber heredado el dominio de
Colón sobre el océano. Su nombre es Jarian Brandes, quien a su corta edad, ya
registró su nombre en un podio olímpico.

Jarian Brandes creció rodeada de personas ligadas a
los deportes acuáticos. Ana Cecilia Augusto –su madre-, y una de sus hermanas fueron campeona
sudamericana y representante mundialista en natación respectivamente. De esta manera, le fue imposible no incursionar
en ella. La piscina le resultó un lugar bastante cómodo; le bastó 8 años para
formar parte de la selección de natación. Sin duda alguna, el agua corría por
los genes de las mujeres de la familia Brandes.
No obstante, la tradición familiar no sería motivo para continuar en la
natación a nivel competitivo. Por el contrario, “…el hecho de meter la cabeza
en el agua y no ver más el mundo de afuera la desesperaba”. También, probó los
deportes de net como el vóley, tenis y bádminton, pero no la terminaron de
convencer.
La vela apareció en la vida de Jarian, luego de
observar a una de sus primas competir en este deporte. Empezó a practicarlo y rápidamente -en 2 semanas- consiguió ingresar al equipo del Club
Regatas Lima. Como todo velerista, sus primeros pasos fueron en la clase Optimist,
un tipo de bote diseñado para chicos entre 6 y 15 años. Su primera experiencia
internacional ocurrió tres años después, cuando viajó a Canadá con motivo del
Norteamericano de ese país. Al año siguiente, Chile fue sede de su primer
Sudamericano. En aquel momento, integraba un grupo de 45 de timoneles.
Posteriormente, vendría el primer logro en su carrera. Jarian junto a Renzo
Sanguinetti, Francesca Foronda, Angello Giuria y Fernando Correa ganaron el
Sudamericano de Argentina en la modalidad por equipos. Los dos primeros volverían
a compartir el podio con Brandes en los I Juegos Bolivarianos de Playa Lima2012,
donde obtuvo la medalla de bronce.
El 2013 quedó marcado por su participación en el
Mundial de Vela de la Clase Optimist, cuya sede fue el Lago de Garda, al norte
de Italia. Allí, miró de cerca a los tres primeros puestos cruzar la meta, pues
finalizó en el quinto lugar de la clasificación general en la rama femenina. Esta
buena campaña en la cita mundialista, sería desplazada por un recuerdo tangible
más valioso aún meses después. Previo a ello, visitó Sao Paulo (Brasil) para
participar en el Sudamericano de Clase Byte II, otra modalidad de la vela
y para la cual, los navegantes tuvieron que aprender a manejar este tipo de
bote días antes del inicio de la competencia. Este campeonato fue el pasaporte
al capítulo más importante de su vida. La cuarta casilla en la clasificación
general le permitió conseguir su cupo a los Juegos Olímpicos de la Juventud Nanjing 2014. “En los Juegos Olímpicos
compiten 60 veleristas entre hombres y mujeres de los 5 continentes. Para mí
estaría bien quedar entre los 10 o 12 primeros”, declaró Jarian sin imaginar lo que le esperaba.
La mañana del domingo 24 de agosto del 2014, los
medios deportivos, a través de sus plataformas digitales, destacaban un
resultado gigante en China. Jarian Brandes y sus 16 años fueron suficientes
para colgarse una presea olímpica en el pecho y ver la bandera nacional flamear
en lo alto. Un tercer puesto muy meritorio, imborrable y eterno.
Este el trayecto que ha emprendido Jarian Brandes, con
mareas altas y bajas. Satisfecha de haber elegido el Laser, una modalidad que
resulta ser una posición más cómoda para los timoneles y sobre todo, olímpica.
Gracias al apoyo del Club Regatas Lima, la Federación Peruana de Vela, la
Asociación de Deportistas Olímpicos (ADO Perú), el Instituto Peruano del Deporte
(IPD) y de sus padres, ella ha podido progresar en este deporte notablemente. Desde
Paracas, pasando por el Oceáno Atlántico, hasta el Lago Jinniu en China, Jarian
Brandes es consciente que queda mucho mar por recorrer. Su constante tarea será transformar los
vientos en sus aliados incondicionales en la búsqueda de teñir, con su vela, el oceáno de rojo y blanco.
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